viernes, 7 de mayo de 2010

NOS MATO UNA COBARDIA


Esta noche se ha perpetrado la cobardía más insigne de la Copa Libertadores. Alianza estaba alcanzando la clasificación con el 1-2, pero un tanto inválido terminó siendo lícito en los temores de un juez de línea sin personalidad. El 2-2 deja fuera a la blanquiazul de la manera más absurda posible. No importa, quedémonos con esta imagen de Fernández, la verdadera del triunfo digno.
Hoy, dejaré por un momento esa perspectiva a veces lejana y neutral del redactor para incluirme en ese mar de sentimientos encontrados que experimenta el pueblo blanquiazul. Pero, trataré –no prometo nada- de no dejarme llevar por la sed de venganza y no insultar a quienes hurtaron descaradamente nuestra clasificación. Porque lo que hubo en el Monumental de Santiago fue un robo a mano alzada y un acto de cobardía del más nauseabundo. Estamos furiosos, y no es para menos. Luchamos tanto, incluso nos recuperamos del empate y les devolvimos el golpe (el 1-0 en la ida) en el momento preciso. De pronto, cuando ya destapábamos las ‘chelitas’ y preparábamos el festejo, apareció en escena una pareja sin igual: el descaro y la mediocridad vestidos de negro. Carlos Vera y su juez de línea, para ser más exactos, cometieron, cada uno a su manera, una de las injusticias más grandes del torneo continental.
Yo de ti, tú de mí
Si bien el revés en Matute complicaba las chances del equipo, Gustavo Costas no se desesperó y planteó un partido inteligente. Pese a las críticas, mantuvo la misma oncena y volvió a dejar a Montaño en el banco. Pero hay un detalle muy simple, y es que este sí era el planteamiento indicado de visitante, porque necesitábamos más marca y menos habilidad. Al transcurrir los minutos iniciales la verdad saltó a la vista, hasta parecía que el argentino había trocado posiciones con Pelusso. Los papeles se habían invertido: Alianza se agrupaba bien atrás y rotaba el balón con eficiencia, mientras que la ‘U’ de Chile carecía de claridad y se desvanecía en tibios intentos. Salvo algunos arranques de Montillo, Forsyth no tuvo mayor trabajo.‘
Pato’ con piña
Al promediar el primer cuarto, Alianza ya dominaba el encuentro y tenía en Quinteros a su principal baluarte. Como en sus mejores épocas, el ‘Pato’ era el eje del equipo, repartía pases a su antojo e inclusive se daba tiempo para asustar a Pinto con sus remates de larga distancia. Pero este ‘Pato’ era agridulce, tenía de salado y de dulce por lo piña. Contracturado, luego de un duro choque, dejaba el campo, mientras era apuntado por un travieso láser. No pudimos recobrar el balón hasta el ingreso de Montaño.
Ez…latan y figura
¿Qué importa que te llamen como el sueco? Total, los años luz que te lleva de calidad, tú lo tienes en empuje, y aunque muchos –me incluyo- soltemos una risa cachacienta al escuchar tu apodo, valoramos tu esfuerzo. Créeme porque con poco haces mucho. Esa postal donde chimuelo celebras tu primer gol, será difícil de ser olvidada. Nos demostraste con todas tus limitaciones que podías ser un goleador de polendas. Siete goles, nada mal. También, que aprendiste de tus errores: ya no pareciste un amateur ante Victorino y Olarra. Dudo que te dejen de cuestionar en un tiempo cercano, pero vaya que te ganaste nuestro respeto.
¿Café pasado o pesado?
Alianza cambió de actitud para la segunda mitad, fue más cauteloso y le cedió la iniciativa a los mapochos. Montillo encontró en Puch a su aliado ideal para crear zozobra en el área victoriana. Prueba de ello fue el gol de Vargas, el argentino se paseó ante la conocida lentitud de nuestra defensa y lo dejó solo para añadirla. Con el empate el sueño de la clasificación se escapaba como arena entre los dedos. Costas no tenía otra opción que agitar el botín de Montaño a ver si nos concedía un deseo. Así fue. Luego de un contragolpe, el cafetero hizo gala de su fino toque y distrajo a tres chilenos para asistir a Fernández, que con remate mordido desataba la locura. Dos a uno; lo habíamos conseguido, ya no quedaba nada.
Pero…
¿Con apretón vale?
Minuto 90 y unos cuantos segundos. Pelotera en el área, confusión. Forsyth no puede rechazar, Vidal Sosa la rechaza débil al medio (al medio nunca), Iturra la coge, se la pone a Seymour y éste no lo piensa dos veces. El infortunio hace que se desvíe en González (gran actuación del paraguayo) y…gol. Seymour salta al alambrado y se pone a celebrar. Un momento, posición adelantada, anulado. Sí, esta vez será distinto. Ahora lo merecemos. No, no, ¿qué hace todo el banco de la ‘U’ de Chile presionando al asistente? Muévete, déjame ver... ¿Para qué le pregunta Vera si ya cobró? Aguanta lo validó. Este hijo de... lo validó y el otro se orinó. ¿Qué hacen los carabineros ahí? ¿Terminó el partido? No, todavía no. ¿Dos minutos? ¿Qué, ya acabó? Todos sufrimos el mismo desconcierto y la misma rabia. Era un hecho: nos habían metido la mano.
Nada más que decirte Gracias.
Muchas gracias, porque esta noche nos sentimos más blanquiazules que nunca. Porque volvimos a creer y, porque a fin de cuentas, tú no nos desilusionaste, fueron otros. Duele, claro que duele perder así. Aunque ya no tanto, porque hoy nos sentimos, aún más orgullosos de ser parte de tu historia y de tu gente. Esa que muchos envidian y nadie iguala. Mañana será otro día, de seguro el consuelo de las mofas mediocres no faltará, pero estamos tranquilos, con la frente en alto y el pecho hinchado. Gracias